I
La historia de Arequipa se remonta a las culturas pre-incas que hace
más de 4,000 años vivieron en las hermosas tierras que hoy nos toca
habitar. Sin embargo, nuestro pasado más cercano se inicia el 15 de
agosto de 1540 cuando don Garcí Manuel de Carbajal fundó la ciudad en
representación de la corona española y realizó el trazo de la Arequipa
actual.
UNA HISTORIA
DE CONQUISTA
“Garci Manuel de Carbajal,
fue el primer Teniente
Gobernador
y Capitán de
Camaná y Arequipa.”
A unos 20 km de la Plaza de Armas de Arequipa, el fundador consolidó
una gran cantidad de tierras en la zona conocida como Huasacache, ahí su
hijo mayor residió hasta su muerte. Hoy, ese lugar y la construcción que
lo ocupa, son conocidos como La Mansión del Fundador.
“Por casi 200 años fue
hogar de los Jesuitas.”
Rezos y cánticos de fe por los pasadizos, almuerzos familiares bajo un
cielo azul infinito y a la sombra de molles y vilcos.
Sacerdotes,
soldados, obispos, coroneles y doctores son algunos de los personajes
que en distintos tiempos ocuparon la Mansión, llenándola de vida e
historias.
ÓLEO ESCUELA CUSQUEÑA
II
“Arequipa, una aguerrida tierra que formó el carácter de sus habitantes
debido a terremotos y erupción de volcanes.”
La casa original ya no existe, los periódicos terremotos y
consiguientes reconstrucciones modificaron su faz. La gran casa de
Huasacache sintió en sus cimientos desde la opulencia hasta el abandono,
cuando en los años 58 y 60, a causa de fuertes sismos, que la dañaron
seriamente, quedó deshabitada.
Movidos por el amor a la
tierra que los vio nacer, una sociedad de personajes ilustres adquirió
la mansión en 1978, con el objetivo de salvarla del olvido.
La
restauración cuidó de conservar hasta los más pequeños detalles para
transportarnos a aquellos tiempos en que la campiña, el yaraví y los
caballos eran parte del día a día de la Arequipa colonial.
1978
RENACE LA
MANSIÓN DEL FUNDADOR
III
“Sillar”, blanca piedra labrada de lava volcánica extraída de las
canteras.”
El mágico sonido de las hojas de los árboles que bordean la alameda que
nos conduce a la Mansión, es el preludio ideal al encuentro de esta
magnífica casona. Construida con bóvedas y contrafuertes de sillar, es
el único ejemplo sobreviviente de una construcción civil, de tal
magnitud en la campiña arequipeña.
COMEDOR PRINCIPAL
Su arquitectura es una invitación a conocer cómo se vivía en la época
colonial, donde la idea de plaza principal se trasladaba a los hogares,
a través de un gran patio central donde confluían todas las
habitaciones. La capilla, aporte de la Orden de los Jesuitas, es muestra
de la vida apacible que por casi 200 años se instauró allí.
ARQUITECTURA
ARQUIPEÑA
COLONIAL
IV
“Monumento vivo que hoy mantiene sus puertas abiertas para lugareños y
visitantes.”
La Mansión, con su brillo de tiempos lejanos, es hoy un lugar que
abraza a la comunidad que la rodea, y es también punto de encuentro
donde se celebran eventos sociales inmersos en una atmósfera llena de
historia y tradición.
HOY EN DIA SE SIGUEN
ESCRIBIENDO
GRANDES HISTORIAS