Historia
I
Cap

El 15 de agosto de 1540 don Garcí Manuel de Carbajal funda la ciudad de Arequipa en representación de la corona española y es, bajo sus órdenes directas, que se realiza el trazado de la ciudad.

Se sabe que obtuvo una gran cantidad de tierras, muy cerca al río Socabaya en la zona de Huasacache, ubicado a unos 20 km de la Plaza de Armas, para que allí viviera su hijo Diego.

Hoy, ese lugar y la construcción que lo ocupa, son conocidos como La Mansión del Fundador.

Al morir el hijo de Garcí de Carbajal, la propiedad pasó a manos de varias personas hasta que en 1586 es ocupada por los padres Jesuitas, quienes la habitaron por un período de casi 200 años. En este intervalo, la casa se convirtió en un “semillero de misioneros” ya que de aquí salieron gran cantidad de religiosos que fundaron las controversiales misiones de Paraguay, Argentina, Alto Perú y Chile.

En 1767, y a consecuencia de la expulsión decretada de la Orden Jesuita de España y sus Colonias, el corregidor de Arequipa confiscó todos los bienes de la Orden y la propiedad fue puesta bajo la administración de la Real Junta de Temporalidades.

En 1771 fue arrendada por el Teniente Coronel Don Juan Flórez del Campo y en noviembre del año 1777 rematada en favor de Don Diego Power, quien le incorporó nuevas tierras.

En mayo de 1785 la hacienda es comprada por el capitán Juan Crisóstomo de Goyeneche y Aguerreverre quien realiza la reconstrucción de la regia Mansión que hasta hoy se mantiene.

Uno de los hijos de este capitán fue el obispo don José Sebastián de Goyeneche y Barreda quien la recibe como herencia en el año 1808. Durante su gestión, la Mansión fue usada como palacio de campo del Obispo, siendo muy concurrida por dignatarios eclesiásticos o civiles y dirigentes de la política de aquella época. El Obispo se mantuvo en este cargo hasta el año 1860 cuando viaja a Lima para desempeñarse como Arzobispo de la capital hasta el año 1872, fecha de su muerte.

En las postrimerías de la Guerra del Pacífico, los últimos meses del año 1883, el ejército chileno toma la ciudad de Arequipa ocupando la Mansión, conocida en ese entonces como “Casa Goyeneche”. De esa época datan las pinturas hechas por un artista-soldado anónimo en la alacena, quien dibujó un “Roto” del Batallón Nº 2 de la línea y en la puerta, como guardián, un marinero.

El año 1945, se presentó en el Congreso un proyecto de expropiación de todas las tierras de la familia Goyeneche en Arequipa, para que estas pasaran a sus arrendatarios. En respuesta a ello, los herederos del Obispo hicieron una rápida lotización de las tierras agrícolas, guardando la Mansión para último momento.

El año 1947 la familia Goyeneche vende la Mansión a uno de sus arrendatarios, el Dr. Marcial Barriga, quien además era catedrático, periodista y escritor.

El doctor Barriga, entrega la propiedad en herencia a sus hijos quienes, por razones desconocidas, la mantuvieron cerrada y desocupada, hasta que los terremotos de 1958 y 1960 la dañaron seriamente.

Cap
Restauración
II

El año 1978, la sociedad liderada por el Dr. José García Calderón y Bustamante compra la casa y encarga al Arq. Álvaro Neuenschwander Borsani la restauración de la “Mansión del Fundador”.

La reconstrucción se realizó para resistir sismos muy fuertes: cada 4.5 metros se vaciaron columnas de concreto armado ocultas en el interior de las paredes, las que a su vez se amarraron por vigas longitudinales. Consiguiéndose así, introducir un esqueleto de concreto que le otorga gran solidez a la estructura, evitando que las bóvedas colapsen en un terremoto.

La restauración cuidó de conservar la integridad arquitectónica de la casona, motivo por el cual fue calificada por el presidente Fernando Belaunde como “una de las obras particulares de reconstrucción más meritorias en muchísimos años”, cuando participó en su inauguración en el año 1980.

Arquitectura
Cap
III

La Mansión del Fundador es una muestra excepcional de la evolución de la arquitectura arequipeña, desde sus inicios, hasta su consolidación a fines del siglo XVIII: bóvedas, contrafuertes, patios principales y secundarios… la estructura de las casas solariegas arequipeñas, puesta en el campo.

La presencia de la capilla y del amplio comedor de verano, se explican por el uso que tuvo la Mansión cuando se encontraba ocupada por la Orden de los Jesuitas.

La planta es un cuadrilátero organizado alrededor de un patio rectangular, en donde se encuentran ubicados los principales ambientes (sociales - religiosos). El ingreso es por el zaguán, cuya bóveda tiene una altura correspondiente a la de un jinete blandiendo una lanza. En la fachada, a ambos lados del zaguán, se encuentran dos apoyos de sillar que permitían que el jinete se desmontara.

Vale la pena destacar un elemento arquitectónico original: la ventana arequipeña; cuyo vano es pequeño y bajo, formado por dos pilastros y un entablamento.

La dimensión de la ventana permite controlar la excesiva luz presente en Arequipa, y además, no resta soporte al muro para resistir el empuje de la bóveda.